Después de una largo tiempo sin patinar, nos dimos cita en el parque del Stadio para “des oxidarnos” y disfrutar de una patinada tempranera.
Con un buen sol empezamos la sesión y la divertida, ya no es lo mismo que antes porque las lesiones y la falta de practica nos asechan, pero la actitud fue lo que nos sobraba.
Después de unas horas de diversión decidimos irnos por unas aguas frescas para recordar los viejos tiempos y por una buena comida y cheves para el cotorreo.
Las patinadas y los amigos en estas épocas son especiales, hay que disfrutarlas.